URUAPAN, Michoacán, 24 de febrero de 2022.- Desde antes de la invasión española, los terrenos que actualmente son el Parque Nacional “Barranca del Cupatitzio”, eran usados para descanso de gobernantes purhépecha.
Posteriormente pasó a ser propiedad de encomenderos; hacia finales del siglo XIX, de la familia Ruiz Álvarez. El 2 de noviembre de 1938, el General Lázaro Cárdenas del Río, lo decretó como Parque Nacional, con la finalidad de proteger las fuentes de abastecimiento de agua de la ciudad de Uruapan, así como la flora, fauna, y para la conservación de un espacio de esparcimiento.
Toribio Álvarez, adquirió estos terrenos que estaban prácticamente en el abandono. Falleció allá por 1818 y heredó los terrenos a Eduardo Ruiz Álvarez, vecino de Paracho, quien fue un político, historiador, escritor y periodista. Su padre,
Con el paso del tiempo, había por el rumbo, dos quintas; la quinta Hurtado y la quinta Ruiz Álvarez. Asienta el cronista Sergio Ramos Chávez.
Pero la historia de la compra-venta, data de 1935, cuando el presidente de México, el General Lázaro Cárdenas del Río, quien ya había estado en ese lugar, durante una comida a la que fue invitado por su correligionario, Francisco J. Múgica.
Se le encomendó, entonces, a Miguel Ángel de Quevedo, que se entrevistara con Josefina Ruiz de Equihua, para la adquisición del terreno, que había puesto en venta meses antes, debido a que no podía atender a causa de la edad. Josefina había heredado de su padre, Eduardo Ruiz, tras su muerte, el 16 de noviembre de 1902, a causa de una caída de caballo.
Así, se llevó a cabo la compra-venta, el 9 de enero de 1936, por 60 mil pesos, pero el terreno incluía lo que ahora son las colonias 28 de Octubre y Rubén Jaramillo.
El decreto por el que se crea el Parque Nacional, es del 2 de noviembre de 1938, por el entonces presidente de la República, Lázaro Cárdenas del Río.
Se trata de un total de 471.8 hectáreas, dividido en dos secciones; 19.8 hectáreas, que es la zona recreativa y, 452 hectáreas, de área de conservación o montaña.
Aquí, se generan importantes servicios ambientales, entre ellos, la protección a la diversidad biológica, captación de agua de lluvia, regulación del clima, captura de carbono y producción de oxígeno. Por ello, la actual administración, que encabeza Eduardo Aguirre Sosa, le ha dado especial atención a la educación ambiental, principalmente dirigida a los niños.
El lugar exacto donde nace el río Cupatitzio o río que canta, se le conoce como la Rodilla del Diablo.
Pero hubo un día, cuenta la leyenda, que dicho río, dejo de murmurar como antes, quedando seco el cauce y apagándose las cristalinas ondas del torrente. Los verdes campos, sin agua y sin rocío, cambiaron el verde por el triste amarillo de las hojas secas; y los árboles de las huertas, torcieron sus ramas dejando caer el fruto, sin color y sin savia, como las lágrimas de inmensa desesperación.
Todo era angustia, todo era pena, todo eran ruegos y llanto. En la oscuridad de su celda, Fray Juan de San Miguel, meditaba en la magnitud de aquella desgracia, dirigía sus ojos al cielo en suprema plegaria de angustia, y sus rodillas no dejaban de tocar la tierra. En un momento, inspirado por algún rayo divino que penetro a la iglesia, hizo que las campanas llamaran, los indígenas llegaron presurosos ante el fraile, miraron su semblante y un destello de celestial esperanza.
Poco después, en solemne procesión por las calles y una imagen de la virgen, custodiada uananchas y sacerdotes, llegaron al nacimiento del río, triste y seco, oró Fray Juan, por breves momentos, y tomando un poco de agua bendita, roció con ella las calcinadas rocas del cauce vacío.
Cuenta la leyenda, que el suelo se sacudió entonces con un estremecimiento horrible; que se escuchó un grito inmenso que repitió el eco a grandes distancias, emanaba intenso olor a azufre, de donde surgió la figura de Satanás que, al encontrarse con la Virgen cubierta de incienso, retrocedió espantado, tropezando en una roca, que aún conserva la oquedad que dejara en ella, una rodilla del príncipe de las tinieblas.
Brotaron de nuevo las aguas; reverdecieron los campos, maduraron los frutos y renació la alegría. Desde entonces, el Cupatitzio no deja de murmurar su eterna canción a la sombra de tupidos árboles; mientras que, en la enramada, el viento preludia la eterna sinfonía de la naturaleza.
Así, desde hace centenares de años, Uruapan disfruta de la fertilidad de su suelo, por las aguas del río que murmura su eterna canción a la sombra de los árboles.
El Parque Nacional, toma el nombre del río Cupatitzio, que aquí nace, y que en lengua purhépecha, equivaldría a río que canta. Desde su nacimiento, en la Rodilla del Diablo, se extrae el agua potable que consume la mayor parte de la población de Uruapan. Además, sirve también para el riego agrícola en la región de Tierra Caliente.
El agua que aquí nace, alcanza para el suministro de la mayoría de las viviendas de la ciudad de Uruapan, aunque, debido a lo antiquísimo de la red de distribución, casi la mitad se pierde, según ha confirmado el director de la Comisión de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento de Uruapan, Rodolfo Barragán Vargas.
Aquí, se han registrado 31 especies consideradas en alguna categoría; 3 son de anfibios, 8 de reptiles, 7 de aves, 4 de mamíferos, 7 de plantas y 2 de hongos. Muchos, endémicos.
Sin lugar a dudas que la biodiversidad es importante para garantizar el funcionamiento de los ecosistemas, de los cuales dependen directamente los seres humanos; pero irónicamente, la principal amenaza para la biodiversidad, son las actividades humanas.
De acuerdo al historiador Sergio Ramos, entre 1948 y 1952, se llevó a cabo el empedrado de caminos y senderos, así como los trabajos hidráulicos y las fuentes de agua, todas, funcionan a base de gravedad, solamente la de entrada principal, a base de energía eléctrica.
Y en ese tenor, en el año 1969 y 1971, fue pintado el mural Eréndira, por los maestros, Manuel Pérez Coronado (Mapeco) y Alfonso Villanueva. Aquí, se plasmó la riqueza natural y cultural de Michoacán. Mapeco fue un artista uruapense, nacido en 1929, discípulo de Alfredo Zalce.
El Parque Nacional, cuenta con 10 fuentes, ellas son, Copa de Oro, Cutzi, Arcoiris, Los Espejos, Eréndira, Cola de Pavoreal, Velo de Novia, Flor de Lluvia, Urhiata y Tornillo.
Nueve cenadores, Corona, Once Apóstoles, Última Cena, Tzintzún, Petate, Tecarigua, Tzentzéngari, La Herradura y Characu.
Son 5 los puentes, Recién Casados, Camelina, Los Enamorados, Del Recuerdo y La Yerbabuena. Dos cascadas, La Camelina y El Gólgota. Un manantial, la Rodilla del Diablo.
La cascada de La Camelina, se forma con una parte de las aguas que transporta el canal de La Yerbabuena, y que era usada para mover un molino, cuando el Parque Nacional era propiedad de Eduardo Ruiz, y actualmente, es una de las caídas de agua más bonitas en la Barranca del Cupatitzio.
Es el centro turístico por excelencia, con abundante agua, vegetación y fauna; se localiza prácticamente en el centro de la ciudad de Uruapan y es visitado por miles de personas de todo el mundo; durante la época del Tianguis Artesanal de Domingo de Ramos, es cuando el Parque Nacional recibe el mayor número de turistas.
Ante esto, el Presidente Municipal de Uruapan, Ignacio Campos Equihua, ha manifestado que se preparan una serie de actividades en el marco del Tianguis Artesanal, el más grande de América Latina, con más de un millón de piezas, elaboradas con las manos mágicas de los artesanos de Michoacán. Lamberto Hernández Méndez.