EL/ INFOMANIA/ URUAPAN, MICH./ DOM-20-ABR-2014/ Mientras en la calle Donato Guerra los asistentes disfrutaban los versos pícaros y albureros de “La Iguana”, interpretada por los Hermanos Jiménez, en el interior del Templo de San Francisco se efectuaba la misa dominical con dificultades para concentrarse en la ceremonia debido al ruido generado por el grupo musical.
En el interior del templo se leía el libro de Hechos de los Apóstoles: 10, 34. 37-43
Hemos comido y bebido con Cristo resucitado.
“Nosotros somos testigos de cuanto Él hizo en Judea y en Jerusalén. Lo mataron colgándolo de la cruz, pero Dios lo resucitó al tercer día y concedió verlo, no a todo el pueblo, sino únicamente a los testigos que Él, de antemano, había escogido: a nosotros, que hemos comido y bebido con Él después de que resucitó de entre los muertos”
Afuera, Los Hermanos Jiménez cantaban con estridencia el “Corrido del Grande de Michoacán” dedicado a Rigoberto Fuentes “El Grande” un empresario y promotor artístico que organizaba bailes, jaripeos y fue co-productor de algunos filmes y videohomes con la temática del crimen.
“Para todo hay un lugar y un tiempo” señaló el sacerdote oficiante al deplorar que las autoridades municipales hayan organizado este espectáculo a escasos metros del recinto religioso, lo que consideró una falta de respeto para la grey católica “al pueblo pan y circo… los felicito a ustedes por permanecer en la Casa de Dios en esta fecha tan especial.
Al final de la ceremonia religiosa quedaron los comentarios entre los feligreses en torno a esta insensibilidad de la autoridad municipal. “El presidente municipal ha cambiado mucho” “ya ves lo que se dice de él”, “antes era muy devoto, se aventaba toda la cuaresma en el Santuario de Guadalupe pero ahora, con este tipo de bailes y música… es otro”.
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