EL/ INFOMANIA/ URUAPAN, MICH./ JUE-31-ENE/ La Perla del Cupatitzio continúa siendo el eterno laboratorio político en donde se ensayan los mecanismos de manipuleo social que nos mantienen en el rezago de todos los ámbitos.
El martes 29 enero acudieron al Palacio Municipal estudiantes de la Federación Nacional de Estudiantes Revolucionarios Rafael Ramírez (FNERR) para reclamar un autobús comprometido por el presidente municipal, según ellos, en coordinación con el Gobierno del Estado. La respuesta, un grupo de porristas, guiados por la lideresa perredista Norma Huerta.
Un ejemplo más: el miércoles 30, las huestes del ex regidor panista Raúl Pacheco Contreras se congregaron en la glorieta de Melchor Ocampo para efectuar una caminata, hacia la Presidencia Municipal, en donde exigirían que el Presidente Municipal se comprometa a gestionar la retirada de la Policía Federal del Centro de la ciudad.
Para contrarrestar lo anterior, los Lideres en Movimiento, citaron a decenas de personas en la Glorieta del General Cárdenas, para demandar mejora en los servicios de salud y pies de casa; mas el motivo verdadero era «acalambrar» a los «pachequistas» y de paso ponerse de «tapetes» ante el secretario del ayuntamiento Ramón Hernández Orozco, notorio precandidato a la alcaldía.
Este mismo día, en el área de montaña del Parque Nacional Barranca del Cupatitzio se orquestó un operativo ostentoso para escenificar la toma de protesta del nuevo patronato que regirá los destinos de esta área natural protegida, decretada en 1938 por el Presidente de la República.
Para los vecinos de Taximácuaro -de los Nopales, como lo rebautizó la sexidirectora de Informativo Michoacán- resultó llamativo el despliegue policial de elementos de Tránsito, polimunicipales y hasta de la leyenda negra de la Policía Forestal.
Poco a poco arribaron también las huestes de acarreados de los Líderes en Movimiento, que disfrutaron el picnic, se divirtieron con las pirekuas, bostezaron con los mensajes ambientalistas y cuando estaban a punto del aburrimiento total, la invitación a degustar los bocadillos los sacó de sus cavilaciones acerca de ¿quién era el que les iba a pagar los doscientos?
Eso se vería después. Lo primordial era abastecerse el plato con todo lo que pudieras, antes que se terminaran los canapés, volovanes y totopos que fueron presa de la marabunta humana que arrasó con las charolas.
En un santiamén, los acarreados engulleron los manjares y comenzaron la retirada en los camiones alquilados para su transporte. Quedó la interrogante ¿todo esto para qué? ¿quién decide este manipuleo social? ¿quién lo financia? ¿qué beneficio se genera para el contribuyente?
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