LB/ INFOMANIA/ URUAPAN, MICH./ MIE-13-JUN/ Llanto, impotencia, rabia, indignación y dolor, mucho dolor, fueron los verbos imperantes en el de Uruapan, lo que a las 10 de la mañana en el jardín de niños Juan Escutia, era alegría y planeación, para pasar un día de visita al zoocriadero, ubicado en El Sabino, se convirtió en tragedia y el destino final hospitales y el anfiteatro.
Se habla de unos treinta heridos, al menos doce muertos, que viajaban en un microbús que debería tener capacidad para 16 personas, se quedó sin frenos, según la versión oficial.
El chofer murió decapitado, al estampar el microbús contra una vivienda, la losa de concreto atravesó el parabrisas, pero por los datos llevaba el doble de su capacidad.
Se habla de una maestra del Cendi que viajaba con sus gemelos, los tres murieron, hasta en el piso del anfiteatro estaban los cuerpos empolvados, ensangrentados, a unos horas de haber dejado de existir.
Afuera familiares que entraban uno a uno a identificar los cuerpos, salían simplemente con el llanto en los ojos y el grito de dolor ¿Qué nos pasa? ¿porqué tenemos que sufrir estas tragedias para tomar medidas preventivas?
Eras las 22 horas y los familiares de Norma Ambriz Ceja, permanecían afuera del servicio de urgencias del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), preocupados porque mañana a temprana hora del día sacarín a su familiar al menor Randy de ese nosocomio, porque no son derechohabientes y sin dinero se preguntan ¿Qué vamos hacer?
Afuera del hospital civil, en la puerta trasera, por la calle Culver City están sentados en la banqueta los familiares de los que murieron, en espera de los cuerpos para iniciar el velorio, después el sepelio, después ¿Qué pasará?
Los permisionarios del servicio público, están obligados a tener seguro del viajero, pero al no dar boletos ¿de qué manera se comprueba que eran pasajeros del microbús accidentado?
Las autoridades están obligadas a intervenir, a ser menos tolerantes con los choferes de los microbuses, que cada día dan problemas vehiculares.
Maricruz Trujillo, tras una exploración médica salió a las 22 oras del IMSS, la dieron de alta. Sobre al accidente platicó que minutos dejes de las diez de la mañana salieron rumbo al cocodrilario, alSabino, todo parecía normal, el chofer se veía normal, dijo, a Infomanía, cuando sucedió el accidente fueron seguridad dos, minutos, no sabe cuánto tiempo pasó.
Los accidentes no deben quedar en lágrimas y dolor, en impotencia, en palabras de aliento, La autoridad está obligada a investigar para deslindar reponsabilidades y, en la medida de lo posible, prevenir, prevención les corresponde a todos. No podemos quedarnos con la consternación.
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