CARLOS PINEDA/ URUAPAN, MICH./ DOM-22-ABR/ Al finalizar el novenario católico, ofrecido por el descanso de Enrique Elías Espinoza, familiares y amigos del fallecido efectuaron una caminata de protesta desde Jicalán hasta el convento de las Madres Capuchinas, ubicado en la calle Libertad, entre Miguel Treviño y Artículo 123.
Fueron decenas de personas, ataviadas con prendas blancas que portaron cartulinas y una lona en las que exigieron responsabilidad ética y profesional a las empresas de comunicación.
Inicialmente, la caminata terminaría en la calle Revolución, entre Emilio Carranza e Independencia, afuera del canal 7 de televisión, para exigir que los concesionarios actúen con responsabilidad social a la hora de difundir información.
Los inconformes manifestaron su indignación contra los medios electrónicos por asegurar, como una verdad plenamente comprobada, que el señor Enrique Elías Espinosa, comerciante de carnitas, había sido incinerado porque abusó de la esposa y de la madre de su victimario.
Relataron que en la propia agencia del Ministerio Público, les comentaron extraoficialmente que el victimario Jorge Magaña Castañeda, de 35 años, ya había sido denunciado por acuchillar a otra persona con la misma acusación, lo que podría indicar alguna perturbación mental.
“A Enrique ya no lo pueden dañar pero a su esposa y a sus hijos sí, de manera que sus familiares, vecinos y amigos que podemos constatar la calidad moral, nos sentimos ofendidos con el manejo informativo que se le dio al caso”
A lo largo de la marcha por la calle Cupatitzio, se fueron sumando más personas, que llegaron a simpatizar con Enrique, a quien conocieron en su negocio de carnitas “El Galán” en donde es recordado como un tipo agradable y buena persona.
“Patrocinaba equipos de futbol, era amistoso, participativo, buena gente, en verdad buena gente, por eso nos duele que hayan sacado en los periódicos que había violado a unas mujeres”.
Llamó la atención que a pesar de ser domingo, las personas se solidarizaron con este exigencia y resultó en una marcha nutrida llamó la atención, por lo numeroso, por el color claro de las vestimentas y por su buen comportamiento. Marcharon respetuosamente.
Subieron por la calle Morelos, hasta doblar en Miguel Treviño y enfilarse a Libertad, donde pararon unos minutos, para descargar su inconformidad, con firmeza pero con gran respeto; con indignación y dolor pero también con notable indulgencia.
Llamó la atención que esta marcha de protesta alzó la voz para rechazar el manejo de información, no solamente de este caso sino de tantos otros en los que prolifera la sangre y los cuerpos, aún en las necropsias “pónganse a pensar, todos somos seres humanos, algún día podemos acabar igual y no es agradable para los niños ver el cadáver de su papá en esas condiciones ¡comprendan”
En torno a la responsabilidad ética de los “profesionales” de la información urgieron a los comunicadores a leer y aplicar el apartado 2 del artículo 10 referente a la Libertad de Expresión, correspondiente a la Convención Europea de los Derechos Humanos, que fue adoptada por la ONU desde 1948.
Artículo 10. Libertad de expresión.
1. Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión. Este derecho comprende la libertad de opinión y la libertad de recibir o de comunicar informaciones o ideas, sin que pueda haber injerencia de autoridades públicas y sin consideración de fronteras. El presente artículo no impide que los Estados sometan a las empresas de radiodifusión, de cinematografía o de televisión, a un régimen de autorización previa.
2. El ejercicio de estas libertades, que entrañan deberes y responsabilidades, podrá ser sometido a ciertas formalidades, condiciones, restricciones o sanciones previstas por la ley, que constituyan medidas necesarias, en una sociedad democrática, para la seguridad nacional, la integridad territorial o la seguridad pública, la defensa del orden y la prevención del delito, la protección de la saludo de la moral, la protección de la reputación o de los derechos ajenos, para impedir la divulgación de informaciones confidenciales o para garantizar la autoridad y la imparcialidad del poder judicial.
Antes de ingresar a misa, charlaron con Infomania y mantuvieron firme la exigencia de llamar a las empresas de la comunicación a tener comunicadores con ética, a tener un código de conducta para difundir su información y a tener personal profesional que investigue la información, en lugar de publicar únicamente los boletines oficiales como si fueran la verdad absoluta.
Vale decir que esta marcha debe ser un jalón de orejas para todos los que estamos inmersos en la comunicación porque no solamente fue expresado por gente afectada directamente sino por infinidad de jóvenes que están inconformes con el trabajo informativo que hacemos en Uruapan.
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