EL/ INFOMANIA/ URUAPAN, MICH./ DOM-11-SEP/ Radiante por compartir la alegría de agradecer a Dios sus primeros 15 años de vida, Andrea Ochoa Briceño asistió a la Misa de Acción de Gracias, acompañada por sus papás Sergio Ochoa y Sarita Briceño de Ochoa, así como por sus padrinos Rogelio Mendoza y su distinguida esposa Verónica Mora de Mendoza.
Tras impartirle la bendición, el sacerdote oficiante de la capilla de las RR. MM. Adoratrices, invitó a la festejada a realizar tres reflexiones importantes: La primera, agradecer a Dios por recibir el don de la vida, al tiempo que la invitó a cuidar, proteger y defenderla.
En segundo lugar, le recomendó dar las gracias a Dios por las personas que la rodean, como sus padres, hermanos, padrinos y familiares que la orientan y la aconsejan para ayudarla a crecer «Confía en la familia, porque son los mejores maestros», le aconsejó mantener el diálogo, el respeto y la confianza.
De igual manera el sacerdote la invitó a reflexionar sobre el don de los amigos, para que siga cultivando su amistad y juntos caminen y se apoyen para salir adelante en el trayecto de la vida.
Por último, le hizo una invitación a seguir agradeciendo a Dios porque él la acompaña, la bendice y la fortalece, a través de la eucaristía, para que siga creciendo en la fe.
«Que Dios te colme de su gracia y de su bendición» manifestó el presbítero, al impartir su bendición sobre la quinceñera.
Terminada la liturgia, los amigos y familiares acompañaron a la festejada a una comida familiar en la que brindaron por su felicidad y le desearon toda suerte de buenos deseos para su vida futura.
Andrea bailó el vals, interpretado por el mariachi Los Michoacanos, que se lucieron con su repertorio musical para amenizar la grata convivencia organizada en honor de Andrea.
No podía faltar el pastel, que fue montado sobre una escenografía alusiva a Los Pitufos.
Fueron horas de alegría y convivencia que dejarán un grato recuerdo en la jovencita Andrea, quien mantuvo todo el tiempo su encantadora sonrisa y resultó una modelo ideal para las incontables fotografías que le fueron tomadas.