URUAPAN, MICH./ SAB-30-JUL/ Mientras cenaban en un puesto de hamburguesas, tres amigos fueron acribillados a balazos por la espalda por un sujeto desconocido, uno de ellos falleció en el lugar y dos más están hospitalizados.
los hechos tuvieron lugar en la esquina de Francisco Sarabia y Francisco Villa, elementos de la Policía Federal, varios de ellos completamente borrachos, cerraron el paso a la circulación en varias calles y tambaleándose apuntaban con sus potentes armas a los ciudadanos.
Los agentes ministeriales que acudieron a tomar conocimiento, fueron amagados, desarmados y los bajaron de su patrulla y obstaculizaron su labor. Los periodistas, fueron prácticamente corridos del lugar con palabras altisonantes y a punta de pistola.
El ahora extinto, Mario Benítez Reyes, quien tenía su domicilio en la calle Oyamel número 121 de la colonia El Colorín norte, festejaba el haber cumplido 25 años de edad, luego de haber convivido en un antro, se dirigió a cenar hamburguesas en la esquina de Francisco Sarabia y Francisco Villa, en compañía de dos amigos, Manuel Rangel López y Alexis Eduardo López Ramírez, ambos de 16 años de edad y quienes viven en el fraccionamiento Las Primaveras.
A eso de las 01:30 horas, se encontraban en el puesto de hamburguesas ubicado en dicha esquina a donde llegó un sujeto no identificado, desenfundó una pistola calibre 38 súper y la accionó en contra de Mario Benítez quien murió al instante, sus acompañantes malheridos fueron llevados a un hospital particular. El agresor huyó.
Minutos después arribaron al lugar varios elementos de la Policía Federal que están hospedados en el hotel Avenida, a pocos metros de los hechos y apuntando a todo mundo, revisando a los ciudadanos y los automóviles, con el riesgo de ser heridos. Varios de los federales estaban en evidente estado de embriaguez y con un florido lenguaje contra toda persona que tuvo la desgracia de caminar o circular por el lugar.
Al arribo del Ministerio Público, perito criminalista y elementos ministeriales, se les impidió el paso, fueron amagados por los borrachos federales, les apuntaron a la frente, los bajaron del vehículo oficial, los desarmaron y entorpecieron el trabajo de la autoridad del fuero común.
Posteriormente les entregaron a dos personas que detuvieron los federales en el puesto de hamburguesas y se los llevaron al hotel Avenida como vil delincuentes. Los representantes de los medios de comunicación no fueron la excepción, fueron maltratados, los corrieron, les apuntaron con sus rifles y bajo amenazas, impidieron la labor periodística.