ROGELIO BUCIO(+)/URUAPAN, MICH./ LUN-23-MAY/ Por el año de 1857, llegó a Uruapan al que se puede considerar el primer boticario con estudios (aunque no recibido) y que fue el señor don Agustín Díaz, quien mucho ayudó en el aspecto de salud de los habitantes de nuestra ciudad.
Para el año de 1865, llega el señor Tomás Torres, boticario recibido, y funda la farmacia “La Purísima”
Al mismo tiempo se difunde, con una campaña publicitaria que abarcó todos los medios disponibles, las maravillosas píldoras vegetales del Dr. Brandreth que muchos problemas ocasionaron a nuestro flamante boticario.
La propaganda de dichas píldoras llegó hasta invitar a los doctores (que no eran muchos) para que hicieran la prueba de su eficacia. Pedía que se administrara la píldora maravillosa a lazarinos, epilépticos, sifilíticos y cualquier otro tipo de enfermos que padecieran inflamación del estómago, fiebre tifoidea, cólicos, lombriz solitaria, calenturas, pujo, cólera morbus, ataques epilépticos, cánceres, diarreas, sarampiones, tisis de laringe, mal de San Lázaro, apoplejía, gota, mal de San Vito, parálisis, llagas o cualquier enfermedad de la sangre.
Se hacía notar que esta medicina purificaba la sangre, cambiando todo el cuadro clínico del paciente que sufría por estar envenenándose con su propia sangre. Cambiaba constantemente el líquido sanguíneo, era un purgante y ayudaba a expulsar la bilis.
Sólo aconsejaban tomara agua de cebada, como agua de uso, y que los alimentos fueran frescos y sanos. Prohibía tomar irritantes, carne de puerco y comidas muy grasosas, así como chile, frijoles y especias.
Completaba esta panacea de aquellos tiempos, los emplastos porosos fortificantes de Allcock, que aplicados a pecho y espalda, sacaban todos los males del cuerpo.
Con esto, usted estaba curado de toda enfermedad posible y tan solo por cuatro reales la caja de píldoras maravillosas.
¡Cuánto sufrió el señor Tomás Torres, para hacer comprender a todo Uruapan de la falsedad del producto!