Quien usa automóvil propio, salió con el tiempo medido para llegar a su destino, acaso con el colchón de unos minutos por aquello de las manifestaciones callejeras, aunque éstas comienzan regularmente a las 11 de la mañana, por lo que sólo había que lidiar con el tráfico normal.
Los más, los que usan el transporte público, salieron con la acostumbrada media hora de anticipación para no llegar tarde al trabajo o a la escuela.
¡¡Sorpresa!!
Resulta que estaba cerrada la avenida Madero y sus dos calles laterales. También estaban bloqueadas con cercas y policías malhumorados desde las seis de la mañana, las calles perpendiculares a la calle Real, así que no había forma de cruzar por el centro de la ciudad, desde Quintana Roo, hasta la avenida Tata Vasco, allá por la plaza Morelos.
“Por órdenes superiores”, los agentes de tránsito municipal impedían que cualquiera tratara de estacionarse en los lugares que están regularmente autorizados sobre las calles laterales a las otras laterales cerradas.
Ni pensar tampoco en llegar a alguno de los estacionamientos ubicados en el primer cuadro de la ciudad, porque también había sido prohibida la entrada. En algunos de estos estacionamientos públicos, los empleados se dedicaron a realizar labores de mantenimiento.
Mientras tanto, el secretario de Turismo Municipal ROBERTO MONROY desayunaba en un exclusivo restaurant de la periferia, desde donde recibía informes de los avances para la realización del “magno” desfile que presentaría a los morelianos y a los “numerosos” turistas que visitan la ciudad de las canteras rosas durante la noche.
Claro que ahora ya no es como hace cuatro años, que andaba en campaña apoyando a FAUSTO VALLEJO FIGUEROA en su actividad por obtener el voto a su favor para la presidencia municipal. En aquel entonces saludaba de mano a todos los priístas y no priístas que encontraba a su paso y hasta ofreció en varias ocasiones el uso del salón de fiestas, que se ubica en la planta alta del desaparecido Bol Morelia, donde se realizaron varias actividades de campaña.
En la actualidad Roberto Monroy sólo se roza con grandes miembros de la élite social, pero no le importa acercarse con los priístas que una vez buscaba ansioso, aunque espera obtener la venia de sus mayores para sustituir a Fausto Vallejo en la Presidencia Municipal, aunque sea de manera interina por los meses que faltan.
El genio del turismo no ha conseguido incrementar el promedio de estancia de los turistas nacionales y extranjeros que vienen a Morelia, donde están en promedio 1.5 días, según datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática.
Otro dato es que un alto porcentaje de visitantes son de fin de semana, por ello es que cuando mucho se quedan en Morelia día y medio, es decir, una noche de pernocta y nada más, porque no hay atractivos suficientes para quedarse más tiempo.
Sólo a un alienado se le ocurre que un desfile celebrado en un día hábil por la noche, pudiera significarse como una herramienta de promoción turística. Pero en el supuesto de que algunos despistados turistas hubieran venido a Morelia ese martes negro, difícilmente regresarán a esta ciudad, luego de no haber podido acceder al centro histórico y mucho menos hospedarse en los hoteles que ahí se ubican.
Y es que hasta los peatones sufrieron para cruzar el centro, porque en algunos puntos, al puro estilo de la policía federal, se impidió el acceso debido a que no tenían suficientes arcos detectores de metal. Lo curioso es que dichos detectores o no funcionaban, o estaban desconectados, porque hubo quienes cruzaron por ellos con navajas y otros objetos metálicos que no fueron detectados por los genízaros.
Hablando de policías, fueron integrantes de la Policía Estatal Preventiva y la Policía Ministerial, quienes abandonaron sus obligaciones durante un día entero para dedicarse a cuidar los filtros ordenados por el secretario de turismo municipal, de tal manera que la ciudad estuvo sin vigilancia policiaca a merced de la delincuencia, mientras que la Policía Ministerial dejó de investigar hechos delictivos durante 24 horas, sólo para atender los caprichos de Roberto Monroy.
Ese es el que quiere ser presidente municipal de Morelia.
ISAURO GUTIÉRREZ/ MORELIA, MICH./ DOM-22-MAY/ Un día de actividad “normal” en Morelia. Los estudiantes se levantaron temprano para acudir a la escuela y los padres de familia a trabajar como de costumbre. Era martes de una semana “normal” y todos tenían sus planes de actividad estructurados de manera rutinaria.
