Pasados algunos meses de la quemazón del Parián, en el año de 1951, nuestras ilustres autoridades determinaron hermosear el centro de la ciudad de Uruapan
Para ello, hicieron desaparecer de las dos plazas, los estorbos que en ella se encontraron. Así nadie supo dónde quedaron la fuente que adornaba el jardín Fray Juan de San Miguel y el kiosko central, que hoy nos ocupa.
Fue inaugurado por el Presidente Municipal, señor profesor Francisco Camorlinga, en el año de 1904 con una audición de la Sinfónica del Estado y en una verdadera fiesta típica mexicana para todo el pueblo.
Su historia es la siguiente: Llegó a nuestra ciudad por una verdadera equivocación.
Una compañía de Francia mandaba para Estados Unidos dos kioskos que habían sido ordenados para dos ciudades de aquel país.
El barco en que fueron depositados, dentro de veinte cajas, los dos kioscos desarmados, sufrió un incendio en el Puerto de Veracruz allá por el año de 1892.
Tan solo se pudieron salvar aquellas cajas que estaban más a la mano. La aduana las almacenó y quedaron registradas en las bodegas del puerto.
Pasaron muchos años y en una ocasión en que un alto funcionario del Gobierno de México, realizaba una inspección a las bodegas del puerto, se encontró con aquellas cajas y ordenó se turnaran a la ciudad de México.
Así se hizo, las cajas fueron sacadas para enviarse a la capital por el ferrocarril; pero no habiendo espacio suficiente en un vagón, diez cajas fueron colocadas en otro. Resulta que este vagón traía el letrero “DIRECTO A URUAPAN”.
Este error hizo que en la estación de México no se fijaran y mandaron rápido la carga par su destino. Cuando llegó aquí, permaneció por espacio de mucho tiempo almacenado en sus cajas y fue hasta 1902, cuando siendo Presidente Municipal, el señor David Valencia, ordenó que se mandar al centro y contrató los servicios del ingeniero liniero del ferrocarril, para que armara el rompecabezas.
Casi medio siglo adornó el jardín central de nuestra ciudad, hasta que manos criminales se lo llevaron para adornar sus propiedades privadas.