ERNESTO LEÒN/ INFOMANIA/ URUAPAN, MICH./ SAB-15-ENE/ Como recordatorio de la Purificación de María, luego del parto y la cuarentena, los católicos organizan el “Levantamiento del Niño” que suelen efectuarse a partir del Día de Reyes y hasta el 2 de febrero, Día de la Candelaria.
Los propietarios de una imagen de Niño Dios acostumbran arrullarlo la noche del 24 diciembre y, quienes lo hacen se convierten en “padrinos” y están obligados a “levantarlo” durante tres años consecutivos.
El primer año viste al Niño de bebé, el segundo de hombre y el tercero de rey y lo sienta en un pequeño trono. La madrina reparte dulce a todos los que vienen a besar al Niño durante el “levantamiento”.
Los padrinos se encargan de adornar un árbol con la ropa del niño y le agregan dulces para después portarlo durante el recorrido que se hace hacia la casa “paterna” en donde se ofrecen tamales, atoles, pan, champurrado u otros platillos típicos.
En el caso de la Casa de la Cultura, el niño Dios fue traído desde la capilla de La Magdalena, con el acompañamiento de una banda de música que interpretó sones y abajeños para enmarcar esta festividad.
Después de vestir al niño, flanqueado por los faroles danzantes, se procedió al rito del compadrazgo; mediante una exclamación mutua: “buenas noches, compadre, somos compadres aquí y ante la presencia de Dios”.