Se llevaron del lugar dos policías municipales que estaban de descanso.
Lamberto HERNÁNDEZ MÉNDEZ/ URUAPAN, MICH./ MAR-06-JUL/ Dos policías municipales que estaban en su día de descanso y participaban con su familia e hijos en una fiesta infantil en un centro salón de esta ciudad, fueron privados de su libertad por elementos de la Policía Federal Preventiva que realizaron un operativo y cateo, en donde amenazaron, golpearon, amagaron con sus potentes armas de fuego, vejaron y desnudaron a más de una treintena de niños que se divertían en el lugar, de donde además robaron dinero, cámaras de video, fotográficas, celulares y hasta el pastel de la festejada.
La tarde del domingo anterior, se celebraba el festejo por el cumpleaños número cinco de una niña, hija de un elemento de la Policía Municipal, en un pequeño saloncito llamado Las Jirafas, en la diagonal de Las Américas; esa tarde, habían sido invitados varios de sus compañeros del policía que acudieron con sus esposas e hijos y abuelitas.
Todo era diversión y alegría, cuando de manera intempestiva, ingresaron al pequeño local, al menos veinte elementos de la Policía Federal Preventiva que portaban sus armas de fuego apuntando y listas para disparar; pánico, zozobra y temor invadió a los más de treinta niños y ancianos, no daban crédito a lo que ocurría.
Uno de los que iba al mando preguntó quién es el dueño de una Lobo verde que está allá afuera? – Todo quedó en silencio, nadie contestó, estaban paralizados. No estaba el dueño ahí.
Apuntando con sus rifles, los de la PFP obligaron a los niños, mediante aventones, a que se tendieran bocabajo al suelo, a muchos los desnudaron para revisarlos, incluyendo a la festejada que iba vestida de Cenicienta; a los adultos les pidieron identificaciones, sus celulares, dinero, cámaras fotográficas y de video, mientras los mantenían en otro sector.
Una llamada anónima al C-4 alertó a la policía municipal en el sentido de que un gripo de personas armadas había ingresado a una fiesta infantil, al lugar arribaron varias patrullas, pero los de la PFP les dijeron: “no se metan donde no les importa”, y los corrieron.
Con las identificaciones de los policías que andaban de civil, llamaron al comandante José Ma. Bucio Montiel y el elemento Gabriel Meza Ortiz, a quienes los acusaron de tener supuestos nexos con la delincuencia organizada y se los llevaron.
Sus familiares han acudido Derechos Humanos, La Procuraduría General de la república, la propia Policía Federal Preventiva, pero nadie les ha informado de su paradero y situación legal, por lo que este día tratarán de entrevistarse con el gobernador Leonel Godoy y posteriormente con el presidente de la república, Felipe Calderón, para solicitar su intervención y denunciar el atropello de que fueron víctimas.