El titular de la Sedeco se reunió con productores de arcilla de Sahuayo para presentar este modelo que busca mejorar las prácticas, de forma multiplicable y susceptibles de certificación, logrando con ello métodos y modelos adecuados.
BOLETIN 040/ MORELIA, MICH./ LUN-17-MAY/ A fin de impulsar la modernización y tecnificación de los cerca de 2 mil 500 productores de la Arcilla en el estado, a través de la organización, capacitación y asesoría técnica, la Secretaría de Desarrollo Económico (Sedeco) presentó el Modelo Tecnológico para la Transformación de la Arcilla, programa que impulsa con el apoyo del Consejo Estatal de Ciencia y Tecnología (Coecyt) y el Centro de Investigación y Desarrollo de Michoacán (Cidem).
Ante productores del municipio de Sahuayo, Isidoro Ruiz Argáiz, secretario de Desarrollo Económico, refirió que Michoacán cuenta con una franja muy bien definida de recursos de arcillas de diferentes génesis, que otorgan la oportunidad de mezclar y obtener productos cerámicos de distintas características mecánicas y estéticas.
Sin embargo, su transformación ocupa a muchos michoacanos en condiciones de operación poco favorables, insalubres e inseguras, así como con procesos rudimentarios que se reflejan en productos poco rentables, sin utilidad y que lleva a la competencia desleal.
Ante ello, añadió Isidoro Ruiz, la Sedeco impulsa este modelo con la finalidad de mejorar las prácticas, de forma multiplicable y que sean susceptibles de certificación, logrando con ello, dejar como aportación, métodos y modelos que también pueden acreditar el cumplimiento a lo dispuesto por la regulación ambiental.
Este modelo consiste en 4 acciones: sensibilización, capacitación, organización y tecnificación y equipamiento.
En lo que refiere a la sensibilización, dijo que se trata de concientizar a los productores a través de experiencias exitosas y capacitarlos para que puedan constituir su cooperativa dándoles acompañamiento y apoyo institucional.
Esta sensibilización al cambio, consiste en llevar a los productores a que conozcan experiencias de prácticas organizacionales de otros estados, ejemplo de ello es la cooperativa que se encuentra en Lagos de Moreno, Jalisco, “un modelo muy replicable y adecuado para los grupos de productores de ladrillo”, dijo Isidoro Ruiz.
Lo que se pretende, agregó, es modificar las actitudes de individualismo de los productores y organizarlos para formar una cadena productiva y trabajar proyectos conjuntos desde la extracción del material, producción y comercialización. Actualmente se trabaja con productores de Tzintzingareo, Sahuayo, Chilchota y Morelia.
En base a la propuesta organizacional, se inicia con la parte de consultoría para desarrollar planes de negocio, circunstancia que permite la estabilidad de grupos.
En la parte de la tecnificación de los procesos, Isidoro Ruiz expuso que se hace la selección de maquinaria para que los productores puedan producir y quemar el ladrillo mediante métodos ecológicos y utilizando la maquinaria y el equipo apropiado para ello, tratando de hacer de este uno de los sectores más productivos, eficientes y sustentables y que el impacto se vea reflejado tanto en lo económico como en lo social y ecológico.
Aunado, el Cidem trabaja en una propuesta para la construcción de un horno térmicamente más eficiente y menos contaminante, que incrementará además la producción en alrededor de un 100% y el costo-beneficio en aproximadamente 0.2 pesos por pieza de teja.
De igual forma, ayudará a reducir las emisiones de los humos contaminantes en los hornos ladrilleros en un orden de 60%, así como los riesgos de los trabajadores que los operan, sin afectar la rentabilidad de la producción y satisfacer la demanda de nuevos mercados con mejor calidad y cantidad.
Isidoro Ruiz añadió que en Michoacán existen cerca de 2 mil 500 productores que generan alrededor de 10 mil empleos directos beneficiando a 40 mil personas. Asimismo, informó que por la comercialización del producto se obtiene una derrama mensual de alrededor de 40 millones de pesos.
Destacó que el reto es sumar esfuerzos de los tres niveles de gobierno así como de los productores de todo el estado para que este programa de desarrollo regional basado en las potencialidades de la población por comunidad, localidad y municipios, pueda beneficiar y verse reflejado en un mayor número de empleos.