ERNESTO LEÓN/ INFOMANIA/ URUAPAN, MICH./ VIE-14-MAY/ Dicen que la fotografía es “el arte de escribir con luz” y cuando la compañera Grecia Ponce me alentó a participar en el Primer Certamen de Fotoperiodismo quise hacerlo con una imagen conmovedora; que contara una historia y que despertara la imaginación del espectador para que reflexionara sobre la violencia en la que vivimos inmersos pero, sin retratar los ríos de hemoglobina que comienzan a generar hartazgo.
Tal parece que el mensaje fue efectivo; desde la apertura de la exposición, el lunes 03 de mayo, comenzaron a fluir los comentarios sobre las emociones y sentimientos que afloraban en cada espectador. Fue halagador que el alcalde Antonio González Rodríguez fuera el primero en votar por la fotografía 46, la única de este servidor, el que, al ser cuestionado sobre el motivo de haber enviado solamente una pieza, respondía invariablemente “si tengo la ganadora ¿para qué mando otra?”. Palabras proféticas.
Todo se derivó de un ataque con granadas y fusiles de alto poder en la taquería El Volcán, efectuado a la una de la mañana del 11 de junio del 2009; acto violento que acabó con la vida del joven Alberto García Chávez, taquero de 15 años de edad y del uniformado César Bravo Navarrete quien falleciera a los 24 años.
Este acto conmovió a la ciudadanía por el ataque a un sitio público y la afectación a varios comensales, los que comenzaron a divulgar sus episodios de pánico al buscar ayuda para atenderse las heridas producidas de esquirlas dispersadas tras el estallido de un cilindro de gas en la negociación referida.
El oficio reporteril nos llevó a estar presentes en el último pase de lista efectuado en la Dirección de Seguridad Pública, Tránsito y Vialidad Municipal, instalaciones a las que arribaron los deudos para atestiguar el homenaje póstumo.
Desde el primer momento, nos llamó la atención la presencia del pequeño, ataviado con uniforme de gala y un quepis que fue imposible mantener sobre su cabeza pese a los afanes de su abuela.
Toda proporción guardada, nos hizo recordar al pequeño John John, quien de manera natural efectuó el saludo militar ante el paso del cortejo militar que escoltaba el féretro del malogrado presidente John F. Kennedy.
Fue así que el disparador de la maltrecha PowerShot A640 comenzó a capturar una secuencia que, a nuestra consideración, podría captar el desánimo generado en la población y el sentimiento de impotencia ante la violencia desbordada.
Como haya sido, el resultado es satisfactorio, especialmente por los comentarios de quienes comparten la pasión por el oficio de informar, de los “talacheros” cotidianos, de profesionales de la lente y el pixel así como de amigos y familiares que nos alientan en este trabajo. Gracias a todos ellos.