FSRJ/ URUAPAN, MICH./ LUN-03-MAY/ Aprovecho esta fecha para exhortar a quienes desarrollan actividades informativas a través de los medios escritos y electrónicos en general, a fin de que sigan haciendo el mejor esfuerzo para desempeñar honestamente su tarea. El usufructo de un derecho necesariamente lleva implícita una obligación.
La libre manifestación de las ideas por cualquier medio, garantizada por los artículos 6° Y 7° de nuestra Constitución Política, implica responsabilidad con el ejercicio de esa libertad. Ambas, libertad y responsabilidad, deben ser el sustento ético equitativo de la libre expresión de las ideas. Con más razón desde la perspectiva del pretendido beneficio social de tal actividad.
A los comunicadores se le deben propiciar facilidades para ejercer su derecho, pero, así mismo, ellos deben ejercerlo con responsabilidad, lo cual implica fundamentalmente objetividad. Por ejemplo, un buen comunicador debe ofrecer éticamente bien diferenciados, por un lado los hechos y por el otro la especulación.
Si . . . actualmente las desapariciones de luchadores sociales y periodistas en México hacen parecer a este derecho una macabra farsa de la libre expresión de las ideas. La libertad de expresión siempre ha trastocado y trastocará las bases de lo establecido y por ende su ejercicio formal e informal conlleva el riesgo de la reacción de los aludidos, llámense gobierno, grupos sociales o grupos delincuenciales.
¿Qué nos diría a los de nuestra época El Nigromante?
Ese es el gran riesgo y mérito que implica el desempeño formal del comunicador. No hay novedad a ese respecto. Solamente los métodos se adecúan a las personas y a los tiempos. Debemos honrar la valentía, pero también la templanza de los que se atreven a informar o comentar púbicamente sobre los temas de riesgo.
Mientras en Uruapan estas aseveraciones las hacía un comunicador durante el acto del “Día de la Libertad de Prensa”, por mi mente pasaban recuerdos de infancia cuando por allá en los 60’ mi padre periodista (Razo T.) y todos en la familia fuimos víctimas de persecución por las huestes del entonces Gobierno del Estado.
Más allá de los elegantes o chistositos discursos cargados de protagonismo, o de la ocurrencia de poner al periodista al nivel de Luzbel por haber sido despedidos del Cielo, de los acontecimientos del acto que aludo RECONOZCO EL EJERCICIO DE LA AUTOCRÍTICA. Fue notable en la citada ceremonia el especial contraste de reconocimientos y críticas a un mismo medio de comunicación. Mientras un orador les ensalzó como grandes formadores de periodistas, otro les conminó a renunciar a la cultura del amarillismo. También se tocó el tema de la prebenda (o “challote”).
Independientemente del resultado de estos juicios que se hicieron públicamente, el acontecimiento subraya, en los hechos, el ejercicio congruente de la autocrítica en el marco de la Libertad de Expresión. ¡Enhorabuena por ello!
Aunque la ONU declaro el 3 de Mayo como el “Día de la Libertad de Prensa”, deseo puntualizar un par de cosas: (1) EL nombre se debe a las circunstancias en que se hizo la Declaración de Windhoek, ese era el medio de comunicación por excelencia que se buscaba respaldar. Sin embargo, leyendo todo el contenido de la declaración de la UNESCO que dio significado a esto, encontramos que el espíritu de sus conclusiones incluye ampliamente al concepto de “Libertad de Expresión” (aunque a los mexicanos nos repateé el 7 de Junio); por otra parte, insisto y recalco que esta Libertad de Expresión más requiere ser ejercida que festejada.
Mi felicitación y reconocimiento para los que la ejercen día con día, mi consideración a los que sólo la festejan.
Ing. Fernando S. Razo