ERNESTO LEÓN/ INFOMANIA/ URUAPAN, MICH./ JUE-02-ABR/ Para externar sus duelo por la muerte de Cristo, los feligreses de la Parroquia de San Francisco participaron en una impresionante, por su solemnidad, Procesión del Silencio.
Se trata de una manifestación de la fe cristiana que indica la tristeza que tiene la Iglesia de ver a Cristo muerto. Es una demostración al mundo a lo que lleva el egoísmo, la soberbia y el pecado.
Se ha ejecutado a un hombre justo sin causa alguna, condenado por haber mostrado a la humanidad que tanto ama Dios al hombre que se hizo hombre para salvarle.
ORÍGENES DE LA PROCESIÓN DEL SILENCIO
La Procesión del Silencio es una manifestación de devoción popular cuyo origen se encuentra en la edad media y que sobre todo en España, adquirió gran importancia durante los siglos barrocos XVII y XVIII.
Algunas ciudades españolas conservan aún esa antigua tradición, como Sevilla y Valladolid, por mencionar las más representativas.
En los pueblos conquistados por los españoles esta celebración de fe se encuentra muy extendida y México no es la excepción.
Durante la Procesión del Silencio se llevan por las calles esculturas alusivas a los eventos que se describen en la Biblia en torno al día de crucifixión y muerte de Jesús, destacando en ese sentido la imagen de “La Virgen Dolorosa”.
LAS SAETAS
En su significado formal, la saeta es un arma que consiste en un asta delgada y ligera, con una punta afilada, a manera de lanza, algunas veces corta para “impedir que cabecee al ser disparada”.
Pero en la tradición cristiana se le llama “saetas” a “las coplas breves y sentenciosas que, para excitar la devoción o la penitencia, se cantan en las iglesias o por las calles durante ciertas solemnidades religiosas como la Semana Santa”.
Entre las antiguas saetas sevillanas se encuentran las siguientes:
“Nuestra Madre dolorosa
se acerca entre mil luceros.
Viene derramando gracias
bajo el azul de los cielos”
“Míralo por donde viene
el Señor del Gran Poder.
Por cada paso que sangra
nace un lirio y un clavel”
Y entre las saetas que se cantan en Morelia destacan las siguientes:
“Cristo de las cinco llagas,
sangre de cinco agujeros
llanto de cinco luceros
para lavarnos las plagas”
“Madre con siete puñales,
Virgen con siete dolores
haz que tus ojos de flores
laven mis culpas mortales”
“Están tristes los olivos en tu cielo de aceitunas.
La vida enciende el dolor
Lámparas votivas cantan
el Salmo del gran amor.
Así Dios ama al hombre:
los olivos están tristes
de ver la faz del Señor”