Pseudoestudiantes y drogadictos, plasman pintas y mensajes por toda la ciudad.
Lamberto HERNÁNDEZ MÉNDEZ/ URUAPAN, MICH./ VIE-22-ENE/ Un gran número de bardas, ya sea de edificios públicos, instituciones educativas o propiedades privadas, se encuentran pintarrajeadas y solamente unas pocas plasman lo que verdaderamente es el grafiti; los vándalos se han apropiado prácticamente de los espacios o mobiliarios urbanos de Uruapan por lo que se requiere un programa y una acción en contra de esta contaminación visual y daño a la propiedad ajena.
Es común observar edificios como Telégrafos Nacionales, de la Secretaría de Hacienda, instituciones bancarias, la casa de la cultura, centros comerciales, escuelas o casas habitación, con una serie de pintas o llamadas «grafiteadas», que en realidad no lo es.
Las autoridades anteriores de seguridad pública, habían implementado un programa para que los aficionados al grafiti, participaran en concursos o se les establecían espacios para esta expresión de pintura; hace algunos años, las personas que eran sorprendidas pintarrajeando las paredes, eran detenidas por la policía y a cambio de su libertad, deberían reparar el daño, es decir, tenían que pintar de nuevo la barda dañada. Se tenía un registro de los «grafiteros» y zona de operación o influencia.
Las autoridades municipales, policíacas o alguna asociación civil, debería intervenir para poner freno a este problema ya que Uruapan es, prácticamente una ciudad «grafiteada».